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Son las 3 de la tarde, acabamos de repostar en Eersel Oeijenbosch, a 19 Km de Eindhoven y a tan solo 4,4 Km de la frontera con Bélgica. Parece que esta semana ha querido llegar la primavera a Holanda. Este es el tema principal de conversación por estos lares, después de días de "frío polar" el Sol y los 20 ºC de temperatura son una gran novedad.
Los tres conductores demostradores –demos- con los que nos reunimos antes de recoger el camión, intercambiaron opiniones sobre la ruta a seguir. Los posibles atascos en la frontera Belga, en Lille y en París parecían preocuparles. Sin embargo no les cabía ninguna duda de que ruta deberíamos seguir: la más corta; que, además, los tres consideraban que era la más apropiada para conseguir el mejor ratio en el apartado consumo. Es decir, tomaríamos dirección Get –Bélgica-, para pasar la frontera francesa dirección Lille y luego la A-1 hacia París. Superada la capital gala tomaríamos la A-10 que nos dejaría en Burdeos. El último tramo francés nos llevaría a Hendaya por la A-63. Una vez en España la AP-1/A-1/AP-1/A-1 nos dejaría en Madrid y luego por la A-2 terminaríamos nuestro periplo en Alcalá de Henares.
Sin duda este es el trazado más corto. Pero, ¿y el más económico? Hay algunos peajes que se pueden obviar en esta ruta. Esto nos supondrá hacer unos 19 Km más entre Poitiers y Burdeos. A los que habría que unir otros 14 Km extras entre Hendaya y Vitoria. En total nos supondrá quemar unos 10 litros más de gasóleo, menos de 15 €; pero nos ahorraremos 83,63 € en peajes. Aunque también hay que reconocer que los tramos de la N-10 francesa, que pasan por Angulema, y los kilómetros de la N-I española , de Etxegarate, harán que el consumo medio del vehículo aumente.
El transportista no busca que su vehículo consuma menos. Su verdadero objetivo es que el viaje le salga rentable y para ello lo importante es reducir costes. El tiempo y las autopistas pueden ser mucho más caros que el perder unas décimas porcentuales en el consumo promedio de carburante.
Entonces, ¿no cabría otra opción? Estamos repostando en Holanda, el precio del gasóleo es de 1,464 €/ L y el del AdBlue 0,59 €/ L. Tenemos a Luxemburgo a tiro de piedra. El precio del combustible en el Gran Ducado está hoy a 1,195 €/ L. Podemos ir a repostar a Luxemburgo y dirigirnos hacia Lyón/La Junquera/Zaragoza para terminar en Alcalá de Henares. Son 316 Km de diferencia en relación a la ruta más corta. Con un consumo medio de 29,8 L/100 Km, que es lo que nuestro DAF acreditó al llegar a destino, nos ahorraríamos 31,64 € en combustible en relación con la ruta "normal", la que pasa por Angulema. El itinerario de La Junquera es sobre 4 horas más largo que el elegido por los "demo" holandeses. Y, por mor de las autopistas, perderíamos 44,66 € o 66,58 € dependiendo si elegimos transitar por la ruta más corta o la "normal.
Aunque una opción mucho mejor parece ser tomar la A4 francesa dirección Reims/París. Si no queremos meternos en el caos de la capital gala podemos ir hacia Troyes/Orleans. Estas dos opciones nos permitirían ahorrarnos sobre los 31 € a costa de alargar el viaje tres horas.
Alerta contaminación
Hemos acabado de repostar en Holanda, lo que supone que ya no hay ningún dilema que solventar, la mejor opción es tomar dirección Amberes –Antwerpen en Flamenco-. Una vez entramos en Bélgica las roderas nos rodean, los carriles de la autopista están marcados por los surcos que han dejado los camiones en su asfalto. Nuestro compañero holandés, Niek Vervoort, nos dice: "las carreteras Belgas son las peores de Europa".
El tráfico se empieza a saturar y justo en la entrada de Amberes nos topamos con el primer atasco. Aunque lo realmente sorprendente es lo que nos encontramos a la salida de la ciudad. En cuanto entramos en la A-17, dirección Lille, los avisos de "SMOG" –niebla tóxica- y las limitaciones de velocidad a 90 Km/h comienzan a sucederse. Su objetivo es reducir la contaminación.
La "niebla" comienza a hacerse latente, aunque realmente lo que se nos echa encima es una fina capa de "SMOG" que alcanza los 10 metros de altura. Una vez superado Lille el Sol vuelve a reinar. La "niebla" y las roderas han desaparecido.
El paisaje ha cambiado: sobre el asfalto vemos más camiones que turismos, en Bélgica parecía que estuviéramos circulando sobre una autopista urbana. Las extravagantes combinaciones holandesas con ejes imposibles en el semirremolque ya no se ven, aunque un tráiler galo nos sorprende por utilizar un eje direccional como primero del semirremolque. Y, por último, las furgonetas polacas aquí también se hacen notar.
Llegó la hora de dormir, nos quedamos a unos 100 Km de París. Mañana no vamos a madrugar, no queremos enfrentarnos a la hora punta de la capital gala. A las 9 horas del día siguiente retomamos la marcha. Hace 4,5 ºC y nos envuelve una "verdadera" niebla.
En cuanto nos acercamos a París los avisos de "Polución Air" se generalizan. En Francia el límite de velocidad se reduce a 110 Km/h, aunque muchos mensajes advierten de que "a menos velocidad menor contaminación". Al llegar a París vemos la Ciudad de la Luz coronada con una amplia burbuja de "SMOG". La situación llegó a empeorar tanto que el Gobierno francés prohibió circular a los vehículos con matrículas pares el lunes 17 de marzo.
Una vez en París los atascos "Bouchon" nos esperaban. Tardamos una hora en volver a rodar con normalidad. Entramos en París con un consumo medio de 26,5 L/100 Km y salimos con 27,6 L/100 Km de porcentaje. Las obras y el asfalto parecido al belga nos hicieron sufrir. Pero hay que reconocer que los franceses saben hacer bien las cosas, como lo demuestran que las zonas de calzada provisional también tienen habilitados refugios provisionales.
Fue salir de la zona metropolitana de París e irse la niebla. De nuevo el aire era respirable y los controles de la policía de fronteras francesa volvían a perlar de azul los peajes.
Juan Ayala
En el área de Tours nos paramos a comer. Allí nos encontramos con Juan Ayala. Él también conduce un DAF. Le quedaba poco tiempo para finalizar los 45 minutos de pausa, lo que no le impidió acercarse a ver "el nuevo DAF". Nos preguntó ¿qué llevábamos?.Le dijimos que "nada, solo lastre hasta alcanzar las 40 Tm de peso total que estábamos llevando el camión a España para hacerle unas pruebas de consumo y ¿qué si quería verlo por dentro?". Por supuesto aceptó, nos dijo que era del Barco de Valdeorras que lo que más le gusta de los DAF es su cabina y la respuesta de su motor y que su camión consume 33,3 L/100 Km en la ruta Arras/ Ponferrada. La nueva cabina le encantó.
En Tours nuestro camión Euro6 se había recuperado del tráfico, obras y contaminación de París y volvía a acreditar 26,4 L/100 Km de consumo acumulado. Este era el momento de decidir se nos dirigíamos hacia Angulema o seguíamos por la Autopista A-10. A Niek no le hacía mucha gracia circular por la N-10. Parte de razón tenía. Esta nacional ya no es lo que era, aquella vieja carretera francesa estrecha, a veces con tres carriles y dos direcciones, rotondas, pasos elevados y demás "alegrías" que brindan las nacionales francesas se ha convertido en una autovía bien trazada y con buen asfalto. Apenas si quedan algunos kilómetros de la vieja ruta. Aunque lo que también es cierto es que en la N-10 está prohibido adelantar a los camiones y que su orografía es un verdadero "rompe piernas" que diría un ciclista. En definitiva, el tramo de A-10 hubiera mejorado el consumo medio de nuestro DAF, pero habría aumentado los costes del viaje.
La contrapartida fue volver a ver restos de esos típicos carriles rojos de deceleración que aun quedan en algunas carreteras galas, las graveras en forma de pirámide, los Routires, los miniparking para un solo camión ligeramente más anchos que un arcén y una buena variedad de radares fijos y móviles.
Una vez pasado el impresionante puente sobre el Garona terminamos la jornada en Burdeos, también llamada "la Bella Durmiente" o "Perla de Aquitania". El consumo al término de esta segunda jornada se cerró en 26,93 L/100 Km.
Las Landas
Las Landas ya no son lo que eran. La antigua N-10 se ha convertido en una autovía de 3 carriles realmente impresionante, en la que destacan los diversos avisos sobre la ubicación de los diferentes aparcamientos para camiones y la disponibilidad de plazas de cada uno de ellos.
Al terminar las Landas se comienza a atisbar el País Vasco. El terreno comienza a "encabritarse" y las continuas curvas con su consiguiente subida o bajada se suceden. Nuestro DAF lo nota y al llegar a Biriatu el caudalímetro marca 27 L/100 Km. La primera gasolinera que encontramos en la zona española vende el gasóleo a 1,321 €/L y el AdBlue a 0,61 €/L. La siguiente estación de servicio ha rebajado el precio del carburante a 1,319 €/L y elevado el coste del AdBlue hasta 0,75 €/L.
Intentar salir hacia Vitoria por la N-1, dirección Alsasua, es realmente complicado. Todas las indicaciones te avocan a la AP-1, autopista de peaje. Si no conoces la zona acabarás en la AP-1. El problema es que esta vía no está incluida en la Red de Itinerarios para Mercancías Peligrosas –RIMP-, lo que supone que si transportas este tipo de sustancias tienes prohibido circular por esta autopista. Es decir: "te has metido en un serio problema".
Nosotros conseguimos dirigirnos hacia Etxegarate. El puerto pone a prueba a la lógica del cambio de este DAF y las prestaciones del propulsor Euro6. Los dos mecanismos están a la altura de las circunstancias, nada que objetar. El medidor de consumo marca al coronar el puerto de montaña 28,3 L/100 Km.
El resto de la ruta es aun más dura. Llegar a Burgos es una ligera pero continua subida. Luego hay que afrontar sucesivos toboganes y la guinda: el macizo del puerto de Somosierra. Cuando llegamos a Alcalá de Henares el resultado final es 29,8 L/100 Km, acreditando una velocidad media de 83,21 Km/h. Aunque se nos olvidaba mencionar un pequeño detalle, el vehículo no supera los 85 Km/h si el control de velocidad está activado y el retardador hidráulico no permite que el vehículo supere los 96 Km/h intervenga o no el conductor.