El informe se basa en los datos de la accidentalidad entre 2013 y 2015 y muestra un alto nivel de peligrosidad en el 13,2% de la red. Es decir, en 3.264 kilómetros de carreteras, todas ellas convencionales. Este dato mejora las cifras del EuroRAP 2015, cuando el porcentaje de riesgo se situaba en el 14% de la Red de Carreteras del Estado.
Por comunidades, Cantabria presenta una mayor proporción de vías de riesgo elevado, con un 20,87% de las carreteras, seguida de Aragón con el 18,84%, Castilla y León con el 15,58% y el Principado de Asturias, con el 15,3%.
El estudio muestra que el número de kilómetros de riesgo elevado ha pasado del 14,1% del año 2015, al 13,2% de la actualidad. Aun así, cinco tramos repiten el nivel de riesgo más alto. Los tramos de riesgo reducido han aumentado del 69,7% del pasado año al 72,7% actual, en parte por la reducción de la movilidad registrada en los últimos años.
El 13,5% de los accidentes mortales y graves donde hay implicados vehículos pesados se produce en 20 tramos de carreteras, frente al 9,7% de los resultados globales. Algunos de los tramos con mayor proporción de accidentes mortales y graves con vehículos pesados de la Red de Carreteras del Estado son la N-340, en Castellón (kilómetros 1038-1050), donde se han producido, en tres años, siete accidentes graves; la M-50 en Madrid (kilómetros 45,8- 51,5), donde se han producido tres siniestros graves; y la N-232 en Zaragoza (kilómetros 269-296,8) donde se han producido tres accidentes mortales y siete graves.