
Este camión cuenta con una máquina eléctrica que entrega 400 kW -540 CV- y genera 2.800 Nm de par motor, gestionados por una caja de cambios DCT de seis velocidades. Su sistema de baterías NCM -níquel, cobalto y magnesio-, fabricadas por Scania en Sodertalia (Suecia), acumulan 624 kWh, aunque solo 468 kWh son utilizables, debido a un SoC -estado de la carga- del 75%. Reducir el SoC hace que la vida útil de las baterías aumente. Con esta cantidad de energía real y un consumo de 1,3 kWh/km, su autonomía estimada es de 360 kilómetros.
Scania ofrece tres configuraciones de SoC: 75%, 83% y 90%, reservando siempre un 7% como energía de emergencia. Cuando las baterías están casi agotadas, el vehículo entra en “Modo Limitado de Conducción”, reduciendo su aceleración y limitando su velocidad a 20 km/hora, con una autonomía residual de entre tres a cinco kilómetros.
Este camión perteneciente a la serie R del constructor sueco mantiene la estética de sus camiones térmicos, con pequeñas diferencias como la barra azul bajo la calandra y la banda eléctrica de la visera. Su cabina, con una altura interior de 186 centímetros, permite que esta unidad también pueda ser utilizada en el transporte de larga distancia, ofreciendo amplio almacenamiento en la parte superior de la cabina y un diseño ergonómico que facilita la vida del conductor.
El interior conserva la disposición habitual de los camiones Scania, pero con algunas diferencias: no hay cuentarrevoluciones, sino un indicador de consumo y regeneración de energía; la dirección es del tipo eléctrico-neumática y la palanca del retardador, aunque mantiene el mismo esquema de los modelos diésel, ya que no cuenta con el comando que habilita el freno motor al pisar el pedal del freno.
Tecnología de baterías y recarga
El camión Scania 40 R incorpora cuatro baterías, dos de 208 kWh y dos de 104 kWh en cada lateral, con una tensión de 650 V en corriente continua -CC-, transformada en corriente alterna -AC- para su uso en el motor eléctrico. Estas baterías están climatizadas mediante líquido, al igual que la refrigeración de la electrónica del vehículo. El sistema de carga rápida admite hasta 375 kW mediante el estándar “L”, permitiendo recargar el acumulador en 74 minutos.
El sistema de propulsión está compuesto por tres motores eléctricos, conectados a la caja DCT de seis velocidades, lo que permite cambios de marcha rápidos y suaves. Uno de los motores acciona el eje primario, mientras que los otros dos gestionan las marchas pares e impares, respectivamente.
La relación de transmisión de 3,42/1 compensa la ausencia de freno motor, evitando que el camión se embale en las pendientes. La energía cinética generada en la frenada se transforma en energía térmica y eléctrica, esta última se redirige a las baterías para mejorar la autonomía de la unidad.
El Scania 40 R ofrece una conducción más silenciosa y eficiente que los camiones diésel, con un comportamiento optimizado para combinaciones de hasta 64 toneladas. Además, está equipado con sistemas avanzados de asistencia al conductor -ADAS-, que incluyen el asistente de mantenimiento de carril, el frenado de emergencia autónomo o la detección de peatones y ciclistas. Estos sistemas cumplen con los estándares de seguridad de la Unión Europea, garantizando protección tanto para el conductor como para otros usuarios de la vía.
Los camiones eléctricos de Scania
Scania ha diseñado sus vehículos eléctricos para que la adaptación del conductor a estos sea sencilla. Dentro de la cabina apenas si se notan cambios. Uno de ellos se encuentra en la palanca que los vehículos térmicos utilizan para dosificar la potencia del retarder. Se mantiene su diseño, aunque no cuenta con el interruptor que activa el freno motor al pisar el pedal del freno de servicio, ya que los vehículos eléctricos carecen de este tipo de mecanismo.
Los camiones eléctricos tampoco utilizan retardador hidráulico. La máquina eléctrica actúa como motor y, a la vez, como freno eléctrico, regenerando energía durante las deceleraciones. La palanca conserva sus cinco posiciones habituales, y la regeneración y frenada es posible integrarla a voluntad con el freno de servicio.
El cuadro de mandos también resulta familiar, aunque presenta una diferencia importante: desaparece el cuentarrevoluciones. En su lugar, aparece un reloj que se activa al poner el contacto, con una aguja roja que se sitúa en posición vertical para indicar que el vehículo está listo para circular. Si la aguja se inclina hacia la derecha, indica consumo de energía y generación de par motor; si lo hace hacia la izquierda, indica recuperación de energía.
Para arrancar, hay que pisar el pedal del freno y girar la llave. En ese momento se activa la dirección eléctrica. Durante la conducción, cuando la aguja permanece vertical, se simula el modo Eco-Roll de los vehículos térmicos.
En cuanto a la transmisión, la sexta marcha de la caja de cambios cumple la misma función que la 13ª, también llamada Overdrive -OD- de las nuevas cajas de velocidades de Scania. La OD tiene una relación de 0,73/1, lo que permite que el vehículo avance sin acelerar en ciertas circunstancias, pero con una ligera retención. Esta retención es fundamental, ya que los vehículos eléctricos no la producen de forma natural, lo que podría provocar que se embalen fácilmente.
Por ello, el grupo motriz adopta una relación más corta 3,42/1, frente a la 2,59/1 típica de los modelos diésel de larga distancia de Scania.