Así lo destaca DKV Mobility, la plataforma europea de pagos y soluciones en carretera, que pretende impulsar la transición hacia un futuro eficiente y sostenible de la movilidad. Para lograrlo, la empresa se ha fijado el objetivo de reducir la intensidad de carbono de las flotas de sus clientes en un 30% para 2030, en comparación con 2019.
"En casi 90 años de historia, nunca hemos dejado de adaptarnos a las necesidades de las personas, por eso ahora ofrecemos una red de suministro que cubre 468.000 puntos de recarga de vehículos eléctricos y 20.000 estaciones de combustible alternativo", explica Víctor García, responsable de DKV Mobility para España y Portugal.
Las claves del escenario multienergético
Boston Consulting Group calcula que la demanda de gasolina para vehículos ligeros podría disminuir entre un 50% y un 70% en 2035 si el escenario pasa a ser multienergético, lo que implicaría que, entre el 60% y el 75% de los puntos de venta actuales correrían el riesgo de dejar de ser rentables.
Alcanzar este escenario depende de diversas variables. En la actualidad, la infraestructura de combustibles alternativos, incluidos los puntos de recarga eléctrica, sigue evolucionando, pero su ampliación es crucial para impulsar la adopción de la movilidad eléctrica. "Sigue existiendo un vacío en la infraestructura pública para los vehículos eléctricos de hidrógeno y batería, y es necesario cerrarlo para facilitar la transición", afirma Víctor García, responsable de DKV Mobility para España y Portugal.