
La metodología es la siguiente: uno o dos ladrones se introducen en dichas cajas marcadas como mercancía frágil que son cargadas en los camiones tras la petición realizada por los mismos a empresas de paquetería, que se encargan de llevarla al operador de transporte.
Una vez en el interior del vehículo e iniciada la marcha, los delincuentes salen de las cajas para revisar el contenido de la carga, haciéndose con lo que más le interese y más valor tenga, como puedan ser móviles o equipos electrónicos.
Tras el acopio, los “amigos de lo ajeno” contactan a través de móvil u otro dispositivo transmisor con los cómplices, que siguen a cierta distancia al transportista con su vehículo. Acto seguido, éstos simulan un accidente de manera que el camión se tenga que detener, momento que aprovechan los ladrones para salir a través de un agujero hecho en el techo del semirremolque, tras lo que son recogidos por un segundo vehículo para rápidamente desaparecer.