
El sector del transporte en España atraviesa una situación límite. La escasez de conductores profesionales y perfiles técnicos esenciales no es nueva, pero en los últimos años se ha convertido en un problema estructural que compromete seriamente la continuidad de muchas empresas.
La falta de relevo generacional, las condiciones laborales poco atractivas para los jóvenes y un mercado laboral nacional tensionado han encendido todas las alarmas. En este contexto, la contratación en origen ya no es una opción residual, sino una solución estratégica para mantener la operativa del transporte.
La entrada en vigor del nuevo Reglamento de Extranjería en mayo de 2025 ha supuesto un giro decisivo. Gracias a esta reforma, los procedimientos para incorporar de manera legal, ordenada y planificada a trabajadores no comunitarios desde sus países de origen se han simplificado de manera notable. Esto abre una puerta real y efectiva para cubrir vacantes que, a día de hoy, no se logran cubrir con mano de obra local.
"La contratación en origen permite planificar con previsión, evitando parones operativos y minimizando riesgos"
Cada vez son más las empresas que exploran mercados laborales en Latinoamérica, el norte de África o Europa del Este. Las razones son claras: afinidad cultural y lingüística, disponibilidad de trabajadores jóvenes y cualificados, y la existencia de acuerdos bilaterales que agilizan los trámites migratorios. Perfiles como conductores con experiencia internacional, mecánicos especializados o personal logístico encuentran en este marco una vía legal y estructurada para incorporarse a las empresas.
La contratación en origen permite planificar con previsión, evitando parones operativos y minimizando riesgos. El proceso, que suele durar entre tres y seis meses según el país de procedencia y la administración de extranjería competente, puede resultar incluso más rentable que afrontar los costes de la inacción o recurrir a vías informales.
Porque no lo olvidemos: incorporar a trabajadores sin autorización de residencia y trabajo no solo es ilegal, sino que puede acarrear sanciones de hasta 100.000 euros. Pero las consecuencias van más allá de las multas: una contratación mal ejecutada puede desencadenar crisis reputacionales, generar desconfianza entre proveedores y clientes, y afectar gravemente al clima laboral interno.
La falta de planificación, en un sector tan sensible como el transporte, puede traducirse en pérdidas operativas difíciles de recuperar. La desesperación nunca debe llevar a soluciones improvisadas.
Es importante matizar que en el catálogo de puestos de difícil cobertura en España se muestra que en casi todas las provincias se piden las siguientes profesiones: conductores – operadores de grúa en camión; conductores-operadores de grúa móvil; y conductores-operadores de grúa fija, en general. Esto demuestra que no estamos ante una necesidad puntual, sino frente a una carencia estructural que afecta a todo el territorio.
Pero no basta con traer a los trabajadores. El verdadero éxito está en su integración efectiva. Un conductor que cruza medio mundo para incorporarse a una empresa española necesita algo más que un contrato: requiere acompañamiento real. Desde el alojamiento inicial hasta la apertura de una cuenta bancaria, pasando por la formación laboral, la orientación cultural o el acceso a sus derechos como trabajador. La acogida es clave para garantizar una relación laboral estable, duradera y satisfactoria para ambas partes.
Además, si el objetivo es construir un modelo sostenible para el sector, la contratación en origen debe complementarse con otras medidas: más inversión en formación profesional en logística y transporte, fomento del relevo generacional y dignificación del sector. Solo así se podrá retener talento, reducir la rotación y consolidar un capital humano estratégico.
"Estamos ante una oportunidad para repensa el modelo de crecimiento del transporte" Carlos Díaz
No debemos olvidar que España cuenta con una sólida experiencia en la gestión de programas de migración circular, como demuestran los casos exitosos en sectores como la agricultura o la hostelería. Estos modelos, cuando están bien diseñados y ejecutados, no sólo benefician a las empresas y a los trabajadores, sino que también refuerzan las relaciones diplomáticas y de cooperación internacional. Aplicar estas buenas prácticas al sector del transporte, adaptándolas a sus particularidades, es una apuesta sensata y alineada con los objetivos de desarrollo sostenible marcados por la Agenda 2030.
La planificación de la contratación en origen también permite anticiparse a picos de demanda estacionales, como campañas agrícolas o momentos clave en la cadena de suministro. Esta visión a medio y largo plazo es muy útil para las empresas que operan con márgenes ajustados y no pueden permitirse improvisaciones. Contar con una hoja de ruta clara, coordinada con los departamentos de recursos humanos y logística, transforma la gestión del talento en una ventaja competitiva tangible.
En definitiva, estamos ante una oportunidad para repensar el modelo de crecimiento del sector transporte. La contratación en origen no es un parche, sino una herramienta estructural, siempre que se integre en una estrategia global de planificación, legalidad y compromiso.



































