


Por primera vez en sus 40 años de existencia, la refinería vizcaína de Petronor ha reducido su producción en un 50%: 100.000 barriles diarios menos de combustible para transportar y consumir. El puerto de Bilbao, por su parte, ha reducido sus tráficos de forma notable en el último trimestre, y numerosas industrias han paralizado su actividad. Las consecuencias de esta debacle son claras, a juicio de Enrique Pérez Ortíz “En primer lugar –explica- se ha producido un descenso de trabajo que ha provocado el cierre de un buen número de empresas (cerca de un 30%). Esto ha incidido directamente en los precios del transporte, que han bajado de forma importante, ya que el transportista busca cargas a cualquier precio”. “De otro lado –afirma- se han alargado los plazos de pago (entre 180 y 210 días es en muchos casos lo normal), hasta desembocar en una morosidad muy significativa”.