Tal y como han comunicado al Ministerio de Transporte y Movilidad Sostenible, en sendas cartas dirigidas a su titular, Óscar Puente, para la Confederación "estas medidas son prematuras y podrían generar graves consecuencias para las empresas transportistas y para el conjunto de la economía española".
Aunque algunas compañías ya han iniciado inversiones en vehículos de cero emisiones allí donde es viable, "la realidad es que ni la tecnología ni la infraestructura están preparadas para una implantación obligatoria. Los camiones eléctricos disponibles no cuentan con autonomía suficiente para cubrir la mayoría de los servicios habituales, los tiempos de carga son aún impredecibles y la red de puntos de recarga es claramente insuficiente" afirman desde la CETM.
A esto se suma que su precio es muy superior al de los vehículos convencionales, lo que hace que su adquisición forzosa "resulte inasumible para la mayor parte del sector del transporte, compuesto, en su mayoría, por pequeñas y medianas empresas. Medidas de este tipo no solo ponen en riesgo la supervivencia de miles de empresas de transporte, sino que amenazan directamente la competitividad de la economía española, que depende de un transporte de mercancías eficaz, asequible y fiable. Incrementar artificialmente los costes del transporte encarecería los productos, afectaría a las exportaciones y debilitaría la capacidad de nuestras industrias para competir en los mercados internacionales".
Aunque la Comisión Europea podría estar reconsiderando su enfoque, algunos Estados miembros, como Francia, están intentando reactivar la vía de la obligatoriedad en el Consejo de Ministros de Transporte
Por todo ello, "desde la CETM hemos pedido de forma expresa al Gobierno de España que defienda con firmeza la posición del transporte de mercancías por carretera. No se trata sólo de proteger a las empresas de transporte, sino de adoptar la postura que mejor defiende los intereses de España, garantiza la continuidad de la actividad económica y preserva la competitividad de nuestros productos y de nuestro tejido empresarial".
La CETM ha asegurado que seguirá trabajando para que la transición hacia tecnologías más limpias sea viable, gradual y realista, y para que cualquier decisión europea se adopte con rigor, atendiendo a la madurez tecnológica, la disponibilidad de infraestructuras, la sostenibilidad económica y el apoyo necesario para que las empresas puedan adaptarse sin poner en riesgo su futuro. "En consecuencia, consideramos imprescindible que cualquier avance hacia la descarbonización del transporte venga acompañado de ayudas adecuadas que permitan a las empresas afrontar la enorme inversión que supone la adquisición de este tipo de vehículos".