Castilla y León avanza con paso firme hacia la consolidación de un gran nodo logístico en el noroeste de la península, tal y como aseguró Laura Paredes. Con un territorio que supone el 20% de la superficie nacional, la comunidad busca convertir su posición estratégica en un motor económico capaz de atraer inversiones, modernizar infraestructuras y potenciar su papel dentro de los corredores europeos de mercancías.
Y es que la región se encuentra atravesada por ejes clave como la Ruta de la Plata, el Camino de Santiago y los principales corredores hacia Portugal y el norte peninsular. Esta situación, sumada al peso creciente del sector servicios y al proceso de modernización del territorio agrícola e industrial, ha impulsado a la Junta de Castilla y León a desplegar una ambiciosa estrategia de transporte y logística, explicó Paredes.
“Uno de los pilares de esta transformación es la creación y renovación de centros logísticos distribuidos por la comunidad. Desde 2005, cuando se aprobó el primer Plan de Infraestructuras Logísticas, la región ha ido desarrollando una red de plataformas que combinan la gestión pública, privada e híbrida. Hoy estas infraestructuras se encuentran en diferentes fases de ampliación o modernización, impulsadas por las nuevas necesidades de sostenibilidad, economía circular y colaboración empresarial”, afirmó.
Grandes centros logísticos
Entre los proyectos más destacados figura el Centro de Transportes de Benavente, uno de los nodos con mayor tradición en España y punto clave de la conectividad entre la A-6, la A-52 y la A-62.
Su evolución hacia un modelo más integrado ha convertido estas instalaciones en un referente del transporte terrestre y en una pieza fundamental del movimiento de mercancías en el noroeste peninsular
A la vez, Ponferrada “avanza en la rehabilitación de antiguos suelos industriales para transformarlos en una plataforma logística moderna, con conexiones entre carretera y mercancía ferroviaria. La colaboración entre ayuntamientos, Junta y sector privado está permitiendo reorientar el tejido económico local hacia actividades logísticas e industriales de mayor valor añadido”, indicó Paredes
Otras localidades también protagonizan importantes desarrollos. En Valladolid, el centro de transportes continúa optimizando su espacio disponible, mientras que en Ávila y Arévalo se trabaja para responder a las nuevas demandas empresariales mediante la modernización de suelos y naves.
En León, “el puerto seco de Torneros —clave para la conexión con los puertos de Gijón, Bilbao y Santander— avanza para convertirse en un enclave de referencia, ampliando superficie y reforzando su integración con los polígonos colindantes”, añadió Laura Paredes.

Por su parte, según comentó la directora general de Transporte y Logística de Castilla y León, Santa Marta de Tormes y Salamanca aportan otro ejemplo de crecimiento coordinado entre puertos secos, centros logísticos y suelos de expansión industrial. La creación de nuevas áreas compatibles con actividades de transporte, almacenamiento y servicios auxiliares refuerza la capacidad de atracción empresarial del eje salmantino.
En paralelo, la “Junta desarrolla cerca de 13 millones de metros cuadrados de suelo logístico por toda la comunidad. Proyectos en Segovia, Zamora, Medina del Campo, Palencia o León están configurando un mapa territorial más cohesionado, preparado para acoger grandes inversiones y alineado con la necesidad de relocalización industrial que atraviesa Europa”, continuó.
En definitiva, explicó Laura Paredes, la apuesta conjunta de administraciones, empresas y operadores logísticos sitúa a Castilla y León en un momento decisivo
La comunidad busca superar un modelo disperso para construir una red logística moderna, interoperable y competitiva. La colaboración público-privada, los nuevos estándares de sostenibilidad y la capacidad de atraer actividades industriales avanzadas marcarán el ritmo de su futuro inmediato.
Los avances ya visibles —en ampliación de infraestructuras, recuperación de suelos industriales y creación de nuevas áreas logísticas— “muestran que Castilla y León está decidida a ocupar un papel protagonista dentro del mapa logístico español y europeo. Un reto mayúsculo, pero también una oportunidad histórica para transformar su economía y generar empleo de calidad en todo el territorio”, concluyó.