Tras 40 años auditando el mantenimiento vial mediante un procedimiento de inspección visual, la AEC ha llevado a cabo por primera vez una evaluación digital mediante captación dinámica de imágenes y procesado con Inteligencia Artificial, que le ha permitido detectar deterioros con una muy alta resolución en una muestra de 4.000 kilómetros distribuidos por toda España (diez veces más que mediante metodología de análisis visual). El trabajo de campo se llevó a cabo en el verano de 2024.
Desde que la Asociación Española de la Carretera auscultara por última vez el estado en que se encuentra la red viaria y, en ese tiempo, su nivel de deterioro se ha incrementado de forma exponencial: de los 13.000 kilómetros que en 2022 presentaban deterioros muy graves en el pavimento, se ha pasado a un total de 34.000 en 2025, lo que representa cerca del triple.

Son, en concreto, 33.966 kilómetros que precisan reconstrucción de carácter urgente, habiéndose de acometer actuaciones en un plazo inferior a un año debido a que registran alteraciones muy serias, tanto estructurales (baches y piel de cocodrilo), como superficiales (grietas longitudinales y transversales, y descarnaduras).
Se han contabilizado otros 20.407 kilómetros más en los que es necesario actuar en un plazo máximo de cuatro años, habiéndose identificado en ellos daños calificados como
“graves”
La investigación de la AEC concluye, por tanto, que en un cuatrienio, a lo sumo, sería necesario intervenir en más de la mitad de las carreteras españolas (54.373 kilómetros de un total de 101.700), cuyos firmes se encuentran en la peor situación detectada desde finales de la década de los 80-principios de los 90, cuando se llevó a cabo el último gran Plan General de Carreteras
de la historia reciente.
Déficit de inversión en infraestructuras
Según datos ofrecidos por la AEC, el déficit de inversión acumulado supera ya los 13.400 millones de euros. La falta de atención a la conservación de las carreteras españolas tiene una cifra: 13.491 millones de euros, cantidad que ha sido calculada considerando la subida experimentada por los precios de las materias primas, energía y personal, a fin de ofrecer una imagen lo más próxima posible a la realidad actual.
Así, a los 9.453 millones que en 2022 se estimaban necesarios para abordar las carencias del pavimento en las mallas gestionadas por las administraciones central, autonómica y foral, se suman ahora otros 4.038 millones. De este incremento, el 20% corresponde a la subida del IPC del último trienio, siendo el 23% restante atribuible al propio deterioro de la infraestructura. Considerando estos datos, el estudio confirma que las carreteras españolas se han deteriorado estos tres últimos años a un ritmo del 8% anual.