Victor García explicó que "hay comunidades autónomas en los que la falta de conductores es palpable. Hay que tener en cuenta que hay 52 provincias, por lo que hay diferencias entre unas y otras (Barcelona, Valladolid), lo que obliga a buscarlos a otros lugares. En nuestro caso no tenemos mucha rotación y nos funciona bien el boca a boca. El marketing puede ser una solución, entraremos en una guerra que tiene difícil solución".
Pese a que la impresión general es que hay menos falta de conductores en las empresas de transporte en cisternas que en otra actividad, la realidad es que este problema también les afecta. Álvaro Cabrero, director de Administración de Patinter España es que "el menor problema con los trabajadores es con las cisternas".
"Antes, el entrevistado estaba nervioso y el entrevistador tenía la sartén por el mango, y ahora es al revés" Nicolás Váquez de Parga (Babé y Cía)
Carlos Castán, presidente de la asociación de cargadores, aseguró que "los cargadores tenemos una percepción indirecta con estos problemas. Nosotros percibimos una falta de transporte y nos trasladan que uno de los problemas es precisamente ese. Está habiendo una mayor sensibilidad en este sentido: que las condiciones de contratación de trabajo, la elección de las áreas, los tiempos y lugares de espera, etc. En general, hay una capacidad, voluntad y criterio de implantar estas medidas. Muchas veces, los problemas están en los destinos donde los lugares están menos preparados. Hay que trabajar mucho en este sentido".
"Debemos asumir que se está produciendo un cambio social en cuanto al cambio de horario de trabajo, desplazamiento, lugar donde pasar la noche…hay una falta de atractivo para atraer gente a esta profesión, y esto es algo que los cargadores tendremos que asumir" reconoció.
Según quedó constatado en la mesa, antes, la ventaja de esta profesión estaba en viajar y conocer nuevos lugares; ahora esa ventaja ya no existe porque todo el mundo tiene la posibilidad de viajar gracias a las líneas aéreas low cost. Es una profesión en la que el trabajador está solo casi todo el tiempo, y eso va en detrimento de la contratación.
Tal y como explicó Alvaro Cabrero: "a nuestra empresa no vienen jóvenes a pedir trabajo (salvo los hijos de los trabajadores). Vas a las empresas de contratación y no hay conductores. Intentamos ser una empresa seria y dar una imagen de confianza. También es necesario ser flexibles para ciertos casos y conocer la vida personal de cada trabajador, tener paciencia y reconocer los baches que cada uno tiene en la vida".
Nicolás Vázquez de Parga aseguró que hace poco se produjo un hecho insólito en la empresa: "ha sido la primera vez que un trabajador ha pedido una excedencia. También ha desaparecido por completo el despido, el fin de contrato eventual, cualquier acto de indisciplina, porque lo el contratador está deseando es que el trabajador siga trabajando. Está habiendo problemas de competencia de otras empresas, que quitan los empleados tras haber pagado la formación de un conductor. Respecto a los coeficientes reductores, creo que puede ser atractivo para los que entran y lo ven a futuro como una profesión en la que se puede uno retirar más pronto que el resto".
Importante: escuchar a los trabajadores
Victor Garcia explicó que "lo que hacemos en la empresa es escuchar a los conductores. Tenemos que hacer algo para subvencionar los carnés. Tras el fin del servicio militar obligatorio, hay que pagar por sacarse los permisos de conducir. Pero hay que incidir en la seguridad, queremos que los conductores se sientan seguros, y esto hoy en día se puede hacer, pero es fundamental invertir. Hay que reinventarse para ser atractivos y para que sus conductores vendan bien a la empresa. La conciliación de la vida laboral y familiar es importantísima para las generaciones venideras. En cuanto a los coeficientes reductores, puede ser un argumento para que la gente se plantee venir a trabajar al transporte".
Carlos Castán cree que "hay una falta de atractivo de la profesión, y una causa son las condiciones laborales (entre ellas, seguir trabajando hasta los 67 años). Está asumido que hay que cubrir los costes de cada viaje, aunque va a ser un proceso muy duro: va a suponer una adaptación de relevos, de distribución de trabajo, etc. Algo que las empresas grandes podrán hacer (contando con distintas bases). Los cargadores tenemos asumido está que el transporte será más caro. Si pagas poco, no tienes transporte. Los cargadores tenemos que sensibilizarnos de que, en la cadena de valor, el transporte sufre la acumulación de retrasos. Si tratamos mal a los transportistas y, por ende, al conductor, no vamos a tener transporte. Y esto tiene que ir calando en las empresas".
