Transporte Profesional 470 - Mayo 2025

6 Transporte Profesional / Mayo 2025 TRIBUNA BOANERGES NETO EDVARDAS LIACHOVICIUS ANTONIO RASERO Es el nuevo director general de Euromaster para España y Portugal. Lleva más de 30 años de trayectoria en el Grupo Michelin Ha sido nombrado consejero delegado del grupo Girteka, la empresa de transporte lituana con 6.000 camiones de flota El hasta ahora director comercial de DAF España y Portugal pasa a ser director de Recambios de PACCAR PROTAGONISTAS A días HABLANDO EN PLATA Q ue la DGT está preocupada por las cifras de siniestralidad vial es una verdad que no se le escapa a nadie. El mes pasado se celebró en todo el país (y en todo el mundo cristiano) la semana santa, una época en la que crece de forma exponencial el tráfico de vehículos en carretera, lo que pone en alerta a todo el ecosistema que vela por la seguridad vial. Unos días antes, la Dirección General de Tráfico, junto al Instituto Universitario de Investigación en Tráfico y Seguridad Vial de la Universidad de Valencia, presentó un estudio en el que recomendaba bajar la tasa legal de alcohol al volante a 0,1 miligramos por litro de aire espirado (0,2 por litro en sangre) de forma generalizada como medida para bajar la siniestralidad vial. A nadie le sorprende que el alcohol afecta a la conducción. Beber y conducir ha sido siempre una combinación que nunca ha casado bien. A nadie le gusta (salvo a los abstemios, claro) beber agua en un evento, cena, boda, salida nocturna, etc. Yo misma, por un problema en la piel, me recetaron una medicación bastante fuerte, incompatible con el alcohol, por lo que no probé una gota durante un año y medio. En aquel tiempo, cada vez que salía, siempre pedía agua o refrescos (como mucho, cerveza 0,0). Me costaba horrores tomar mi bebida sin oír a alguien decir: “pero no seas sosa, pídete algo en condiciones, mujer” como si mi refresco no hiciera su función: quitarme la sed y, de paso, socializar con el resto. Eso hizo que me convirtiera en la chofer oficial de múltiples eventos: era la persona seleccionada del grupo para llevar a todo el mundo a su casa, que llegaba algo “tocada”, por decirlo de forma fina. Eso hizo darme cuenta de lo peligroso que es beber y conducir. Si les hubiera dejado conducir a ellos, podría haber pasado más de una desgracia (además de la consabida multa y/o retirada del carné, por supuesto). Pero la mentalidad va cambiando y cada vez se es más consciente de que no se puede tomar alcohol y pretender conducir. Hace años, cuando venían los demodrivers a España (los conductores que traen los camiones de las marcas desde sus sedes para que las revistas hagamos las pruebas a sus vehículos), alucinaban cuando, en la parada para comer, veían a los camioneros españoles tomar su menú con la botella de vino al lado. No daban crédito que los conductores profesionales bebieran en su jornada de trabajo. Pero sólo ellos se sorprendían. A nadie más le parecía eso raro. Hoy, las cosas han cambiado. Cualquiera que pare en un restaurante en una ruta en la que hay muchos camiones, los conductores toman, como mucho, cerveza 0,0. El alcohol está desterrado de las mesas. Cada vez vamos tomando más conciencia, para alivio de todos los usuarios de la carretera. Abstemios en la conducción La tasa de alcohol está en revisión RAQUEL ARIAS Redactora Jefe

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