Transporte Profesional 464 - Diciembre 2024

Diciembre 2024 / Transporte Profesional 21 EL TRANSPORTE, MUY AFECTADO Caravana solidaria Empresas asociadas a CETM La Rioja fletaron más de 50 camiones de material de ayuda a Valencia, lo que supuso el traslado de 1.320 toneladas de alimentos no perecederos, productos de higiene y limpieza y agua embotellada. A esta ayuda también se sumaron diferentes envíos de equipos de maquinaria pesada como grúas, barredoras y desaguadoras para ayudar a recuperar la normalidad en las calles y polígonos valencianos anegados. De esta forma, la solidaridad de muchos riojanos llegó hasta Valencia de la mano de empresas de transporte de la región como Transportes Frigoríficos JLP, Grupo Logístico Arnedo, Isatir 2011, LOG Riojana de Transportes, Transportes Sáez, Centro de Negocios Ocón, Logropal, Riojapalets Expres, Transportes Sacristán o Transportes Riesgo e Hijo, que pusieron a disposición de organizaciones y asociaciones sus vehículos y conductores de forma altruista. Por otro lado, empresas como Ontime se movilizaron para apoyar a las comunidades afectadas por la reciente DANA, para lo que la compañía organizó una recogida de ayuda en todo el país que se activó en la totalidad de sus centros. Las donaciones incluyeron alimentos no perecederos, productos de higiene, pañales, ropa de abrigo y otros artículos esenciales para las personas afectadas, centralizando la ayuda en sus instalaciones de Madrid. “La solidaridad y el compromiso forman parte del ADN de Ontime, y en momentos difíciles como éste, nos unimos para ofrecer nuestro apoyo y facilitar una red de ayuda que haga la diferencia en las vidas de quienes están pasando por situaciones tan complicadas" destacó Carlos Moreno, consejero delegado de Ontime. dia, continúan con las labores de limpieza, achicando el agua y quitando todo el barro que, con el tiempo, se transforma en una masa muy difícil de eliminar. Su gerente en Riba-roja, Francisco Pardo, explica que “cuando abrimos la nave, esto era dantesco, había coches empotrados contra la pared de nuestra empresa. Pero en esto me han ayudado mucho mis trabajadores, porque sin ellos, esto no podría ser. La mayoría de ellos no tienen coche, se han quedado sin ellos. Al no tener coche, se van agrupando y vienen en turnos. Esta es nuestra vida, nosotros sólo tenemos esto”, lamenta. Según Francisco, los seguros empiezan ya a poner pegas, “y algunos clientes no comprenden la realidad de la situación. El transporte es un sector desamparado, necesitamos unirnos todos y no nos unimos”. En cuanto a las ayudas, el gerente de esta empresa de transporte desconfía de ellas y no creen que les lleguen, pese a las promesas del Gobierno central y al Consorcio de Compensación de Seguros, que ha prometido una tasación de los vehículos con una subida del 20% sobre el cálculo inicial. En TBS, a las labores de limpieza y de intentar volver a la actividad, se le ha sumado una pérdida humana: una conductora que desapareció y que apareció días después sin vida. Los dueños de la empresa están muy afectados, porque su nave está justo al lado del Barranco del Poyo, y el agua entró y lo destrozó todo. Blanca Izquierdo, responsable de la delegación valenciana de TBS, empresa de paquetería de ámbito nacional, explica que, ante la falta de ayuda del exterior, se están organizando ellos mismos con las labores de limpieza. “Hemos visto a la Guardia Civil multando a los camiones, pidiendo papeles y mirando el tacógrafo, cuando deberían estar ayudando”. También se ve patrullar a la policía local, más que nada, para evitar saqueos y robos, que también los hay. En TBS temen que Valencia quede desabastecida, porque “se han roto muchas cosas y habrá que arreglarlas y reemplazarlas. Y todo ello con el problema de la falta de personal”. Experiencia al límite Manuel Martínez es un conductor asalariado de la empresa que vivió en primera persona la tempestad y posterior riada. Vio con sus propios ojos cómo el agua entraba y arrasaba con todo, casi sin tiempo a ponerse a salvo. Dice que, una semana después, aún tiene pesadillas con lo que vio y oyó. “Fue una experiencia inolvidable, y de impotencia total. En cuestión de 15 minutos el agua ya llegaba por encima de la puerta del camión. Se fue la luz, veías coches, veías paquetes nadando y sentías impotencia por no saber dónde meterte. Era una sensación de caos total y de no saber qué estaba pasando realmente. Cuando me levanté al día siguiente y di una vuelta por el polígono, es mejor que no hubiese visto nada, porque vi unas imágenes que no olvidaré en mi vida” relata este conductor como testigo de lo sucedido. Sólo en transporte, se calculan pérdidas económicas que podrían rondar los 5 millones de euros diarios.

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