por el túnel de Ruan, hay que coger el desvío de la A-139. Este inconveniente hace que se pierda un mínimo de diez minutos. Las indicaciones de desvío francesas sí se sabe dónde comienzan pero luego desaparecen y vuelven a ser visibles por sorpresa. Claro está, si no te has perdido antes. Hoy Miguel Ángel ha necesitado tres horas 37 minutos para realizar este recorrido. Aquí Insausti tiene contratado un parking estratégico, seguro e incluso con Zifi. Toca comer en el camión. Saca su cocina de gas y se calienta unos rollos de carne precocinados. Esto lo acompaña con una ensalada de tomate y atún. Vuelta a revisar el camión y “a por los controles del Eurotunnel”. Pasadas las dos de la tarde comienza el calvario. Hoy no hay muchos camiones, en algo más de media hora todo está ventilado. Transcurrida otra hora larga, el Mercedes azul de Miguel Ángel abandona el tren y se encuentra rodando por Inglaterra dirección Londres. En esta parte del mundo no sólo hay que circular por la izquierda, también hay que tener en cuenta que el uso horario es diferente y que aquí se mide el espacio en millas. Miguel Ángel cambia el cuadro de mandos de su Mercedes haciendo que se adapte a las exigencias inglesas. Velocidad máxima: 55 millas por hora. El traffic jam de Londres retrasa el paso del camión en tan solo 30 minutos. Casi un milagro. A las 19:12, hora local, llega al parking seguro de Red Lion, en Northampton. Es ya noche cerrada y la cosa empieza a ponerse cruda. No hay sitio para aparcar y Miguel, Ángel lleva consumidas casi ocho horas de conducción. No puede seguir más porque, a menos de una hora, no hay ningún otro parking. Además, en Inglaterra solo se puede estacionar en aparcamientos vigilados. “Aquí te roban en cuanto te descuides”. Miguel Ángel habla bien inglés, aunque se niegue a reconocerlo. Uno de los vigilantes le dice que podrá pernoctar si se va antes de las cinco de la mañana. No queda otro remedio que aceptar la oferta. Tampoco esta noche podrá parar 11 horas y por los pelos hará las nueve horas de descanso diario. Transcurridos unos largos 12 minutos, el camión se encuentra embutido en medio de un rectángulo formado por una columna de una docena de camiones de largo y cinco de ancho. Es hora de ir a la ducha, hablar con la familia y cenar en el Red Lion. En Inglaterra sí que hay conductores locales y camiones ingleses. En Northampton, los extranjeros son minoría. En la televisión se retransmite un partido de futbol. El restaurante está lleno. Hay mucho ambiente. Si alguien se duerme mañana esto será un caos. Marzo 2023 / Transporte Profesional 43 MIGUEL ÁNGEL CUESTA ORTIZ/TRANSPORTES INSAUSTI Miguel Ángel utiliza dos navegadores, aunque la información entre conductores sigue siendo la mejor ayuda. En cada parada, antes de entrar a Inglaterra, Miguel Ángel tiene que comprobar que nadie se le ha colado en el vehículo. Tiene que mandar una foto del formulario a la base de forma periódica. Los camiones de Insausti recorren toda Europa. No es difícil encontrarse con algún compañero. En los aparcamientos suelen encontrarse duchas y servicios. La mayoría de ellas son de pago. Por un euro tienes derecho a siete minutos de agua caliente. Desde que los ingleses supieron que se salían de la Unión Europea, quitaron las tasas de las carreteras. Ahora solo se paga por pasar por algún puente o túnel. En la primera pausa, en el área de Barbezieux, Miguel Ángel se encontró con Gilmar, un compañero de empresa. Una buena conversación siempre es bienvenida. El camión de Miguel Ángel está encerrado en el centro de un cubo de camiones aparcados en el exterior. Si por la mañana, cada uno de estos conductores no se pone en marcha a la hora acordada, será imposible deshacer el Tetris que tienen montado en el aparcamiento. En cuanta pisa Inglaterra, Miguel Ángel cambia la configuración del ordenador de a bordo de su Mercedes 1848 a millas.
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