Transporte Profesional - 410 Mayo 2020

Mayo 2020 / Transporte Profesional 7 HABLANDO EN PLATA XXXX FOTO DEL MES Uno motivo de fricción entre el transporte y los cargadores ha sido el de la carga y descarga. Si bien, en innumerables reuniones se ha insisitido en aclarar que los conductores no son los encargados de hacerla, al final, los cargadores ganan la batalla y siempre claudica el transporte. En esta época de crisis sanitaria de la Covid-19, la necesidad de que la hagan otros es aún más imperiosa, y así se lo han hecho saber a las empresas cargadoras que, como siempre, hacen oídos sordos a las reivindicaciones de los transportistas. C on todo esto del coronavi- rus, que nos tiene confinados y casi enfocados en un único tema, se nos pasan por alto otros que también tienen una enorme trascendencia: el precio del petró- leo. Desde hace unas semanas, los productores están casi regalando el crudo porque ya les cuesta más almacenarlo que extraerlo. Así las cosas, las empresas de transporte están notando muy poco esta situación excepción. Lo que ocurrió el pasado lunes en los mercados internacionales de energía fue único: por primera vez en la Historia, el índice West Texas (el índice de referencia en Estados Unidos) cotizó en negativo. En Europa, que tiene en el Brent su índice de referencia, la evolución no ha sido tan brutal, pero también ha bajado de forma drástica. De hecho, ha iniciado un descenso del que se espera que siga continuando en las próximas semanas, si todo sigue igual (es decir, si el consumo privado sigue en mínimos). Todo ello tiene que ver con el confinamiento: el consumodel diesel ha caído un 61% y el de la gasolina un 83% (el gasóleo ha bajado menos porque el transporte y la agricultura continúan trabajando y, tanto los camiones y furgonetas de reparto como los tractores necesitan carburante). Así las cosas, no extraña que casi la totalidad del consumo privado (el de los coches, motocicletas) y el de autobuses y autocares haya provocado que el petróleo haya sido otro de los sectores afectados por la crisis del Covid-19. Lo que podría verse como un alivio para las actividades que viven pendientes de la volatilidad del precio del petróleo y su repercusión en la del carburante, ahora apenas se nota. Y no porque las empresas hayan dejado de moverse (el transporte ha descendido un 50,7% su actividad, pero sigue consumiendo carburante), sino porque este descenso brutal del precio no ha tenido casi repercusión en las estaciones de servicio. El precio del gasóleo sigue moviéndose en la horquilla del euro y el 1,2, según el punto de repostaje. Además, la evolución de la línea de precios va en descenso, pero es un descenso muy leve. Pudiera parecer que, ante esta coyuntura, sólo las petroleras están obteniendo beneficio (que tampoco es tal, vista la bajada de la demanda). Hay que pensar que también el Gobierno saca partido, al seguir recaudando sus impuestos, del que obtiene el 52% en cada litro repostado (por la tasa de hidrocarburos) y el 21% del IVA. Podría decirse que es un bueno momento para hacer acopio de gasóleo en estos momentos, así que, el que tenga depósito, que guarde cual hormiga para cuando llegue el crudo invierno y los precios vuelvan a su ser. Petróleo (más que) gratis EN ESTA SANGRÍA, NO SE SALVA NADIE RAQUEL ARIAS Periodista

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