Transporte Profesional - 409 Abril 2020
38 Transporte Profesional / Abril 2020 ESPECIAL “¡mare mía!” del tocayo de Emilio y sus silencios llenan la conversación. En Logroño baja la tem- peratura a 17ºC y el tiempo se nubla. Como lle- vamos menos peso que nuestro compañero, nos vamos alejando, ya no le vemos. En Calahorra comienza a lloviznar y en Zara- goza se desata una tormenta. De momento, más truenos que lluvia, baja más la temperatura, has- ta los 15ºC. En todo este tramo, 260 kilómetros, apenas nos hemos encontrado tráfico. Nosotros somos los únicos camiones que vamos hacia el este. Algún coche (en concreto, tres), nos han adelantado y nos hemos cruzado con un par de frigoríficos y una lona. O sea, nadie en la carre - tera. Pasamos por La Pepa: está cerrado. Es la primera vez que Emilio ve este restaurante con las luces apa- gadas en sus 36 años al volante. En el aparcamien- to tampoco hay nadie. El tráfico es casi como el de cualquier domingo, quizás un poquito más fluido. En Venta Lucia, cerca de Bujaraloz, deja de llo- ver. Pasamos Fraga y en el área de servicio Fon - do de Litera paramos. Son las 19:48 horas. Nos han sobrado siete minutos para hacer la pausa. Ya es de noche, la gasolinera parece cerrada y, aunque hay luz, la verja de la puerta está echada. Estamos solos, no hay más camiones. Nos acer - camos y comprobamos que hay gente dentro. Es como si fueran las tantas de la madrugada, solo sirven desde el interior. Pedimos dos cafés, nos los pasan por el hueco que une el establecimien- to con el exterior. El café esta verdaderamente bueno, pero los servicios están en el interior y no los podemos utilizar ¡qué se le va hacer…! A las 20:34 horas nos ponemos enmarcha, ¿ha- brá algún sitio donde poder cenar? Nada de nada, todo cerrado. Llegamos a Igualada. Aquí la cosa empeora: las salidas de la autovía están cerradas, en algunas hay Mossos d’Esquadra cortando el paso. Se ve movimiento de policía, coches y furgo- netas. También se ve una gran jaima, podría ser el cuartel general de la operación. En Castellolí pare- ce que hay un restaurarte con luz. Una docena de coches de Mossos están aparcados enfrente. Emi- lio se pregunta ¿ “cómo haces si tienes que entrar al polígono industrial de Les Comes ?" A las 22:20 horas llegamos a Abrera, el polí- gono está “petado”, como siempre. Encontramos sitio en el almacén y descargamos. Esto es im- portante, si no, se rompería el descanso. La ma- yoría de los camiones están mal aparcados. “Hay algunos que no se dan cuenta de que si complicas la maniobra, puede que te pases de tiempo de con- ducción”, nos dice Emilio. Es hora ce cenar, un poquito de fuet, queso, pan y unas manzanas. Esto es lo único que se puede cenar hoy. Menos mal que Emilio ha sido previsor. Día dos Al día siguiente, el nuevo maquinista ha sido tan amable de dejarnos usar su baño. Todo un lujo, podemos asearnos. Emilio incluso se ha afeita- do. No sabemos donde tendremos que cargar. Hay un coche de policía por la zona haciendo mover los camiones mal aparcados. “A alguno le van a joder el descanso”. Visto lo visto, habrá que hacerse con algo de comer. Cogemos el paraguas, parece que va ha llover. Cerca hay un supermercado. Estirar las piernas será un placer. Cruzamos el desierto El aseo personal es una de las rutinas que se más complica estos días. Los restaurantes están cerra- dos y los baños de las empresas no suelen estar disponibles para los conductores. Emilio vive la profesión, por lo que sacar el mayor rendimiento a su vehículo es casi una obsesión para él. Las estaciones de servicio parecen cerradas, pero están en funcionamiento. En algunas de ellas se puede tomar un café o comprar alguna vianda. Eso sí, siempre desde el exterior. El abastecimiento de frutas y alimentos es un bien básico que hay que seguir suministrando. En carretera y en los polígonos la policía patrulla en aras de que se cumpla el confinamiento.
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