Un año más, presento con agrado el Informe sobre la negociación colectiva sectorial del transporte de mercancías por carretera.Y lo hago complacido porque considero que la iniciativa de su puesta en marcha hace ya casi diez años fue un auténtico acierto: contar con un instrumento que arroje algo de luz a la siempre dificultosa tarea de negociar de forma colectiva las condiciones económicas y de trabajo de nuestros trabajadores es de la máxima utilidad. Y para eso sirve fundamentalmente este Informe pues, además de recoger de forma estructurada cada vez más información sobre el contenido de cada convenio colectivo sectorial, permite a sus lectores observar las tendencias presentes en nuestra negociación colectiva, al tiempo que facilita la comparación entre las condiciones pactadas en cada una de nuestras provincias. No es objeto de estas líneas pero, al menos, quiero hacer una breve referencia al convulso año 2022 que nos ha tocado vivir. Lo cierto es que a veces parece que la vida no te concede treguas. Apenas estábamos dejando atrás la crisis motivada por la Covid-19 cuando determinados acontecimientos, como la crisis de las cadenas de suministros y la de los semiconductores, la denominada crisis energética que ha supuesto una exponencial e imparable subida de los precios de la energía y de los combustibles, y la guerra de Ucrania, entre otros, han colocado de nuevo al transporte en una situación muy complicada. Si a estas circunstancias le unimos problemas estructurales de nuestro sector como la débil posición de los transportistas en el mercado y la cada vez más aguda escasez de conductores profesionales, se produce el ‘coctel’ que todos hemos padecido en este año. Afortunadamente, no todo ha sido negativo. Sirvan estas breves palabras para ensalzar una vez más el determinante papel que juegan las Asociaciones patronales y para hacer un nuevo llamamiento a la necesidad de estar unidos. El transportista, unilateralmente considerado, llega hasta donde llega, pero la suma de las fuerzas de cada uno a través del movimiento asociativo multiplica exponencialmente nuestra capacidad. Este año, el Comité Nacional del Transporte por Carretera, en el que la CETM ostenta la mayoría absoluta, ha logrado unos hitos que no dudo en calificar de históricos, pues muchos de ellos responden a aspiraciones tradicionales de nuestras empresas: la obligatoriedad de revisar los precios del transporte en función de la variación del precio del combustible, la prohibición de la participación del conductor en las labores de carga y descarga, la reducción de los tiempos de espera a una hora, la ley contra la morosidad en el transporte por carretera, etc. Nos queda mucho trabajo por hacer, pero los logros son innegables. Estamos inmersos en la negociación del que será el III Acuerdo General para las Empresas de Transporte de Mercancías por Carretera, nuestro convenio colectivo de ámbito estatal, cuya incidencia en la negociación de los distintos convenios autonómicos o provinciales del sector es incuestionable. Cada vez son más las voces que claman por un convenio estatal que disfrute de un mayor protagonismo, al que se otorgue prioridad en la regulación de más materias y que, en consecuencia, provoque una homogeneización de determinadas condiciones de trabajo a nivel nacional. Siendo éste un objetivo que bien pudiera compartirse, dado que las enormes diferencias que existen entre nuestros convenios colectivos no tienen justificación, lo cierto es que esta tarea es francamente complicada. Ojalá impere el sentido común y seamos capaces, entre todos, de dotarnos del convenio estatal que mejor se acomode a las necesidades de nuestro sector. Un afectuoso saludo. Ovidio de la Roza Braga, Presidente de la CETM. PRESENTACIÓN 3 Negociación Colectiva
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